martes, 16 de enero de 2018

Nicolás Nabokov. Don Quijote.


Compositor ruso (1903–1978) nacionalizado norteamericano, formado en Berlín y Stuttgart. Se estableció en Nueva York donde dio a conocer prácticamente todas sus obras, entre las que se encuentra una Sinfonía Bíblica, una ópera titulada La muerte de Rasputín, y el ballet Union Pacific, además de un concierto para piano, música incidental y otras obras.

Su Don Quijote es un ballet en tres actos con coreografía de George Balanchine, figurines y decorados del pintor español Esteban Francés y vestuario de Karinska. Se estrenó el 28 de mayo de 1965 en el State Theater de Nueva York, interpretado por el New York City Ballet, con los siguientes solistas: Richard Rapp, Suzanne Farrell y  Deni Lamont.

El propio Balanchine escribió a propósito de esta obra:

“Leí a Cervantes por primera vez en ruso, pero desde entonces he leído pasajes de Don Quijote igualmente en inglés y francés. La idea de hacer un ballet sobre este personaje me ha pareciendo siempre natural e inevitable, algo que quería en cualquier momento y cuando surgiera la oportunidad. Tal vez haya visto otros ballets sobre Don Quijote pero apenas los recuerdo. El ballet de Petipa, con música de Minkus, figuraba en el repertorio del Marinsky cuando era niño (bailé en esta producción en 1916, cuando tenía doce años), pero no era obra seria y no figuraba entre mis favoritas. Hace veinte años descubrí que mi amigo el compositor Nicolás Nabokov compartía el mismo entusiasmo por Don Quijote. Había escrito una suite orquestal sobre Don Quijote y Dulcinea que me gustaba. Hablamos entonces de hacer un día un ballet de larga duración sobre el tema, pero eso fue varios años antes de que se presentara la ocasión. Comenzamos a preparar en detalle el argumento.
En realidad hicimos varios, llegando a uno definitivo en junio de 1964. A lo largo de la composición de la partitura estuvimos en frecuente comunicación y nos vimos tantas veces como pudimos para tratar de la música y de la acción. Como músico con un profundo conocimiento del ballet, Nabokov se daba cuenta de que lo estaba logrando. Un ballet de tres actos es una obra difícil. La partitura de Nabokov tiene todo, tiene que tener todo para responder a las necesidades, porque la música escrita para acompañar una narración danzada con divertissements no puede conservar las uniones concebidas para la sala de conciertos. Nabokov trabajó con tres tradiciones, la musical, la del ballet y la dramática. Su partitura alcanza las variaciones sinfónicas de la danza.
Mi interés en Don Quijote ha estado siempre en el héroe que encuentra un ideal, algo por lo que vivir, sacrificarse y a lo que servir. Todos los hombres desean una inspiración. Para Don Quijote era Dulcinea, una mujer que buscó con aspectos muy distintos. Por mi parte, creo que esto también es verdad en la vida, que todo lo que hace el hombre es por su mujer ideal. Se vive sólo una vez y se cree en algo y yo creo en eso.”


Es obra con referencia renacentistas y barrocas, aunque sin citas de la música tradicional española, salvo en el número titulado “Rogaudon flamenco”.

La obra no tuvo demasiado éxito, quizá por las causas apuntadas por Carol A. Hesse[1]:

“De hecho, varios elementos de la obra dejaron perplejos a los críticos. La parte escénica, que incluye siete cambios de escena, un molino de viento gigantesco, un teatro de títeres, un caballo, un asno y una muchedumbre de niños, les pareció demasiado complicada. También algunos críticos calificaron como un fracaso el tratamiento cariñoso de Balanchine-Nabokov al protagonista y sus visiones idiosincrásicas. A estos críticos les resultó difícil reconciliar los elementos cómicos con el tono esencialmente trascendental del ballet, insistiendo en la imposibilidad de representar coreográficamente grandes temas como el honor o el idealismo: de hecho como el ballet termina con la muerte de Don Quijote, celebrada con una procesión litúrgica, el espectador saca la conclusión que el protagonista es un héroe trágico, hasta un mártir”.



[1] Hess, Carol A. “La presencia de Cervantes en la música estadounidense del siglo XX: recepción y significado”, en Lolo, Begoña (Ed.). Cervantes y el Quijote en la música. Estudios sobre la recepción de un mito. (Col. de artículos presentados al Congreso Internacional Cervantes y el Quijote en la Música, Madrid, 2005). Ministerio de Educación y Ciencia. Centro de Estudios Cervantinos. Madrid, 2007. Pág,

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