Septimino en cuatro estampas, con una
pantomima como prólogo, inspirada en varios personajes de Don Quijote de La Mancha. Libreto de Guillermo y Rafael Fernández–Shaw.
Música de Narcís Bonet. Acción “en
nuestras noches: en un salón de la Biblioteca Nacional y en la fantasía de unos
autores”.
Sinopsis. Diversos
personajes del Quijote, a instancias de Sancho Panza, protagonizan una pequeña
historia: Altisidora pide perdón por burlarse del Caballero; Aldonza, a
sugerencia de Sancho, se muestra con Don
Quijote mimosa y encantadora; Sancho intenta enseñar modales corteses a
Aldonza; por último, el propio Don Quijote ve en Sancho al continuador de sus
hazañas.
Personajes. Altisidora, tiple lírica. Aldonza, tiple cómica.
Don Quijote,
bajo. Sancho Panza, tenor. Tres mozos (yegüeros 1 y 2, el labrador, el zagal), barítonos. Cuatro
mozos y tres bedeles, bailarines.
Números musicales. Pantomima
de la biblioteca. Bailarines. Estampa I.
Endecha joco–seria. Sancho Panza (“Yo no sé cómo cantarte”). Estampa II. Coplas y danzas rústicas.
Aldonza y los tres mozos (“Labradora. ¿Por qué no labras?”). Canción de Sancho
(“Don Quijote de La Mancha”). Raconto de
Altisidora. (“¿Quién ha dicho? ¿Quién
dudó?”). Estampa IV. Dueto de
Aldonza y Sancho. (“Uno, dos, tres, cuatro”). Escena final. Todos y Don Quijote
(“¿Adónde vais? ¿Qué zarabanda es ésta?”).
Argumento. Prólogo. Sala
interior de la Biblioteca Nacional de España. Pantomima de los mozos y bedeles.
Los Mozos, jóvenes, y los Bedeles, viejos, sacan libros de sus estantes para
servirlos a los lectores. El Bedel 1º aparece, desconcertado, con una papeleta
que enseña a sus compañeros con grandes acompañamientos. Estos, al mirarla,
confirman –gesticulando– que se les está pidiendo algo especial y se marchan.
Al poco, Bedeles y Mozos regresan llevando un enorme ejemplar del Quijote[1].
Al llegar al centro de la escena, el gran libro se les cae y de entre sus
páginas salen siete personajes que desaparecen velozmente y asustados dando la
espalda al público. Los Bedeles y Mozos también escapan.
I-Estampa azul. Una
cortina azul domina el escenario. Sancho Panza descubre en el suelo el cuerpo
de una mujer joven a la que reconoce como Altisidora. Sancho, recordando la
elocuencia de Don Quijote, intenta despertarla con una trova elegante, aunque
se reconoce tosco y torpe [Endecha].
Altisidora despierta y se sorprende al ver a Sancho que le dice que están en
una gran biblioteca, más grande que la de Don Quijote y la de los Duques.
Aunque
Altisidora encuentra a Sancho más joven y gallardo; él dice ser el de siempre,
el que advirtió las burlas de la mujer hacia su amo, pero que calló porque le
vio feliz en aquel encuentro. Altisidora pide perdón y se echa a llorar. Sancho
la consuela y promete protegerla.
II-Estampa naranja.
Una cortina naranja domina el escenario. Tres mozos (los yegüeros y el zagal)[2] danzan alrededor de una
labradora (Aldonza Lorenzo) y entonan una pícara coplilla [Coplas y danzas rústicas]. Aparece Sancho, trata de aplacarles y
reconoce a Aldonza, quien al recordar el suceso con Don Quijote se ríe de él y
de Sancho. El escudero se enfada con la mujer y la ofrece dinero para que, si
se encuentra con Don Quijote, le trate con educación y respeto [Canción de Sancho].
El Yegüero 1º
pregunta a Sancho si le ha transformado el seso la compañía de su señor. Aldnza
acepta el dinero de Sancho y llama a Altisidora, que aparece sorprendiendo a
los campesinos por su belleza. Sancho le pide que confirme las cualidades de
Don Quijote. Altisidora acepta [Raconto
de Altisidora] elogiando la figura del Caballero. Aldonza se sorprende,
pero Sancho la tranquiliza diciendo que para Don Quijote sólo existe Dulcinea.
Los yegüeros y el zagal danzan alrededor de Aldonza.
III-Estampa azul.
Mismas cortinas de la primera estampa. Altisidora entra corriendo perseguida
por los campesinos que la acorralan para que elija a uno de ellos. La mujer se
desprende del manto que la cubre y lo arroja al suelo; los dos yegüeros y el
zagal se lo disputan y Altisidora aprovecha para escabullirse.
IV-Estampa naranja.
Mismas cortinas de la segunda estampa. En el suelo, el libro del Quijote cerrrado.
Sancho da a Aldonza lecciones de cortesanía
[Dueto de Aldonza y Sancho],
aunque a la mujer le cuesta trabajo comportarse con elegancia. Sancho sigue
dando consejos a Aldonza: Ha de ser generosa, “porque dar es señorío, recibir
es servidumbre”. Aldonza no está conforme con esta filosofía cuando irrumpe
Altisidora, perseguida por los yegüeros. Sancho y Aldonza se proponen
defenderla. Sancho explica a Aldonza, que una noble dama no riñe; será él quien
se ocupe de los perseguidores. El Yegüero 1º confiesa que quien le interesa es Altisidora. Entran
también el otro yegüero y el zagal. Sancho pregunta a Altisidora su quiere a
alguno de ellos y, ante su respuesta negativa, despide a los acosadores. Estos
se le enfrentan y pretenden llevarse a Altisidora por la fuerza. Sancho
abofetea a uno de los yegüeros; los campesinos atacan a Sancho. Aldonza se
incorpora a la pelea ayudando al escudero. Todos caen al suelo, cansados por el
esfuerzo, y, en ese momento, se abre la tapa del libro del que surge la figura
enhiesta de Don Quijote [Escena final].
Sancho
confiesa que ha tenido que defender la honra de una dama; Altisidora expone la hidalguía de Sancho al
protegerla y Aldonza destaca sus lecciones de buen comportamiento. Don Quijote
se dirige a Sancho elogiando su defensa de el Ideal, mientras él estaba ausente
y, sobre todo, se enorgullece del cambio de Sancho: de ser un simple rústico se
comporta como un hidalgo.
Sancho
agradece las palabras de Don Quijote y tomando las manos de Altisidora y de
Aldonza, confiesa que había que defender la doncellez de una y la ignorancia de
otra. Él lo ha hecho, basándose en las enseñanzas de Don Quijote. Todos
reverencias la figura del héroes y cae el telón.
Comentario. La burlesca Altisidora,
es un sencillo entretenimiento no relacionado directamente con el Quijote, sino que presentando a algunos
de los personajes de la novela, urde una trama muy acorde, eso sí, al espíritu
quijotesco. En el libreto de los
hermanos Fernández-Shaw no hay empleo de texto cervantino y la presencia de Don
Quijote se limita a una de estampas.
Según la
correspondencia del compositor, se escribió en el verano y el otoño de 1954,
aunque hizo algunos ajustes con posterioridad; el 4 de julio de 1957, confiesa
“estar “trabajando en nuestra Altisidora“
en una tarjeta enviada a Rafael Fernández–Shaw. No tenemos constancia de que
fuera estrenada. J.P.M.
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