Vista de la Catedral de Salamanca |
Compositor español (Madrid, 1898 – París,
1963).
Con el título completo de La tía fingida o El amor en Salamanca, Op.
50., se trata de un ballet en un acto y tres cuadros basado en La tía fingida, novela atribuida a
Cervantes, compuesto sobre temas clásicos y populares españoles. Es una obra
amplia, dura casi una hora, y tiene como personajes a Esperanza, la Tía, la Dueña, Don Félix y dos estudiantes,
además de un recitador y el conjunto que da vida a hombres, mujeres,
estudiantes, guardias…, y se ambienta en Salamanca, a finales del siglo XVI.
Su trama argumental es la siguiente: Cuadro I. Plaza de Salamanca, de noche.
Un rumor lejano va creciendo, son dos Estudiantes que vienen acompañados de
amigos y compañeros al son de guitarras, gaita y cencerros. El vecindario se
despierta y asiste al baile de una jota salmantina, terminada la cual uno de
los Estudiantes se coloca frente a la casa de Esperanza y baila una gallarda,
pero la ventana no se abre. El otro Estudiante baila una marizápalos y la
ventana se abre violentamente; en ella la Dueña gesticula su protesta y los Estudiantes
responden con ademanes de súplica amorosa. La Dueña les despide y cierra, encolerizada, la
ventana.
Por la calle aparece un tropel de gente y
la justicia. Los estudiantes cierran filas y se preparan para defenderse de los
guardias, pero estos pasan de largo. Los Estudiantes vuelven a su baile y a
rondar bajo la ventana, pero esta permanece cerrada, ante lo cual, se marchan
continuando con su escándalo, aunque han dejado claro que volverán y
conseguirán su propósito.
Cuadro
II. Sala de la casa de Esperanza. La Tía hace calceta, Don Félix
está escondido tras unas cortinas y la
Dueña entra en la escena; por la otra puerta aparece
Esperanza y ante la seña de la
Dueña de que Don Félix está escondido, intensifica la
voluptuosidad de su danza. Terminado el baile, la tía recrimina a Esperanza su
actitud en la calle: en Salamanca hay muchos forasteros y es necesario aprender
a conocerlos para no ser engañados. En el texto del propio compositor
resumiendo el argumento se puede leer: “Los vizcaínos son gente de cortas
razones, pero si se pican de una mujer, son largos de bolsa. Los manchegos son
gente envalentonada y llevan el amor a mojicones. Los catalanes son gente
pulida, olorosa, bien criada y mejor aderezada. Los castellanos son nobles de
pensamiento; si tienen, dan y por lo menos, si no dan no piden. Con los
andaluces hay que tener no cinco sino quince sentidos, porque son agudos y
perspicaces de ingenio. Los asturianos, en fin, son buenos para el sábado
porque siempre traen a cosa gordura y mugre”. Ante estas explicaciones
Esperanza expresa con su danza, “cómo hay que incitar al tibio, provocar al
casto, negarse al carnal, animar al cobarde, alentar al corto, refrenar al
presumido, ser ángel en la calle, santa en la iglesia, hermosa en la ventana,
honesta en la casa y demonio en la cama”. Ante esta danza, Don Félix tiene un ataque
de tos y se descubre: confiesa estar enamorado de Esperanza y la ofrece, como
muestra, su cadena de oro. La Tía
se opone y promueve un gran escándalo que tiene como consecuencia la aparición
de la justicia. Con ella vienen los dos Estudiantes que, al ver cómo se
desarrolla el asunto, escapan disimuladamente, mientras los corchetes se llevan
a las mujeres.
Cuadro
III. Ya en la calle, los Estudiantes atacan al
cortejo de las detenidas y consiguen apoderarse de Esperanza, mientras los
justicias desaparecen llevándose a la
Tía y a la
Dueña. Uno detrás del otro, los Estudiantes se ofrecen a
Esperanza como maridos. Las gentes que los rodean se burlan, pero Esperanza,
con gran solemnidad, se dirige a uno de ellos y, ceremoniosamente, le acepta.
El elegido, contento y orgulloso, comienza una danza a la que se unirán su
compañero, Esperanza y todos los demás.
El ballet se escribió en 1949 para una
orquesta formada por flautín, dos flautas, dos oboes, tres clarinetes, dos
fagotes, contrafagot, cuatro trompas, dos trompetas, trombón, tuba, timbales,
percusión, celesta, arpa y cuerda.. En la estructura de sus tres cuadros están
presentes formas propiamente españolas: jota salmantina, gallarda y
marizápalos, en el primer cuadro; paradetas, zortzico y seguidillas, en el
segundo; matachín y pavana, en el tercero.
En 1951, Bacarisse extrajo de su ballet
una suite de danzas para gran orquesta, estructurada en los siguientes
movimientos:
I – Introducción. (Allegro deciso).
II – Jota salmantina (Allegro. Tempo de Jota).
III – Gallarda (Molto moderato).
IV – Marizápalos (Andantino quasi allegretto).
V – Interludio (Lento moloto).
VI – Paradetas (Andantino).
VII – Zarandillo (Grazioso).
VIII – Pavana (Lento. Allegro deciso).
IX – Fandango y finale (Allegro con grazia. Allegro vivave).
Refer: FJM (Plan y argumento)
J.P.M.
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