domingo, 19 de noviembre de 2017

Antonio Caldara. Don Quijote en la corte de la Duquesa.





Violonchelista y compositor italiano (Venecia, 1670–Viena, 1736), fue uno de los más reputados compositores barrocos y trabajó en Venecia, Viena, Roma y Madrid.  Su enorme producción ofrece obras de diverso tipo: religioso (misas, cantatas, motetes) y profano (piezas para violín, para clave). A ellas hay que añadir unos treinta oratorios y más de sesenta óperas.

La ópera Don Quijote en la corte de la Duquesa, le fue encargada al compositor veneciano por la corte vienesa para el carnaval y se estrenó el 6 de febrero de 1727[1], precisamente durante el carnaval. El texto fue escrito por Giovanni Claudio Pasquini (Siena, 1695–1763). En cuanto al género, Pérez Capo la llama “ópera italiana en cuatro actos”, Sedó la denomina “opereta en cinco actos”, y Espinós se refiere a ella como ópera “serio–redicola”.

Su esquema argumental es el siguiente[2]. Acto I. Se prepara la recepción de Don Quijote y se plantea la situación amorosa de los personajes. El protagonismo es de Altisidora, que será la que comprometa a Don Quijote para poner a prueba su fidelidad hacia Dulcinea. Altisidora, además, está enamorada de Laurindo, gentilhombre que le corresponde, aunque no pierde ocasión de coquetear con Don Álvaro, mayordomo del Duque. Otra pareja entra en juego: Doralba, una cortesana, se interesa por Don Álvaro.

Acto II. Brillante entrada de Don Quijote aompañado de una esplendorosa fanfarria. Altisidora, rechazando a Don Álvaro y a Laurindo, muestra su amor a  Don Quijote quien, apoyándose en el recuerdo de su Dulcinea, le rechaza. La Duquesa promete a Sancho el gobierno de una ínsula.

Acto III. Unión de varios episodios sucedidos en la corte ducal: el encantamiento de Dulcinea por Malambruno, la historia de la Dueña Dolorida, los 3.300 azotes que debe darse Sancho para que Dulcinea sea desencantada, castigo que trata de eludir aunque termina aceptando, el triunfo de Don Quijote sobre Malambruno y el vuelo a bordo de Clavileño.

Acto IV. Desarrollo de los amores de Altisidora con Laurindo. Consejo de Don Quijote a Sancho cuando marcha a gobernar Barataria y la partida del escudero. Apoyo de Don Quijote a Doña Rodríguez para vengar la afrenta de su hija por un novio infiel.

Acto V.  Final feliz de las parejas: Altisidora con Laurindo y Don Álvaro con Doralba. Invocación de Don Quijote a dodos los caballeros antiguos antes del combate previsto, que no se tendrá lugar.

Víctor Espinós ofrece información detallada:

“Su libretista, apartándose de las aventuras campesinas, andariegas o montaraces de la inefable pareja de protagonistas del Quijote, prefiere sus andanzas palaciegas, donde las burlas se hacen, por así decirlo, mucho más hirientes y crueles, por su mas elevado origen, por su premeditación y aun alevosía, que, por cierto, se refinan y agudizan en las iniciativas escénicas a que se lanza el autor del libreto, deseoso siempre de encerrar en la acción por él elegida lo más posible de lo que queda fuera de las cortesanas peripecias por él elegidas.
En ese Don Chisciotte de Caldara se advierten, así en el poema como en la partitura, las dos partes a que alude la denominacion de “serio–redicola” impuesta a su producción por los autores. El aspecto “serio” se refiere a los conflictos amorosos, más sutiles que emocionantes, que se producen entre Doralba, Altisidora, Don Álvaro y Laurindo, con sus afectos, desdenes, gelosie e vendette, como base de enredos de los que informan la comedia de la época en todas partes. El aspecto “redicolo” es el reservado a Don Quijote, Sancho, Grullo (Tosilos) el “mago” Grillo, Doña Rodríguez y demás protagonistas de las farsas inventadas por los duques y sus servidores para entretener sus ocios, aprovechando las locuras y ficciones de encantamiento del noble Caballero de la Triste Figura y las malicias y manías refraneras de su criado.
En ambos aspectos abundan los “recitativo”, que si amenguan el interés musical, ofrecían al espectador, por medio de relatos, la noticia de peripecias y declaración de los estados de ánimo. Estos extensísimos recitados desembocan en las arias según la contextura habitual en la ópera italiana.
Las arias se inician con breves preludios instrumentales, muy frecuentemente de cuerda sola, aunque no falta intencionada estilización de otros conjuntos sonoros, como éste, requerido para anunciar la aparición de la Dueña Dolorida. El fondo musical sobre el que se realiza el desfile de la mascarada discurrida por los duques, está encomendado a una “sinfonía de flauti ed oboe é pifferi”, de sabor oriental, como una “turcheria” tan en boga.
Ambos fragmentos son de muy feliz disposición y adecuado carácter; cosa muy de notar en la construcción general de la obra. Así, por ejemplo, en un aria de Don Quijote, las frases principales son repetidas por el fagot, en un eco burlesco de innegable efecto. También lo producen los atisbos sinfónicos que decoran la aventura del Clavileño. Y aquí el sabor imitativo es muy de estimar, por el empleo de cromatismos, que pasan luego de la orquesta a la voz, que en esta ocasión, como en otras muchas, se ve obligada, por parte de todos los demás personajes, a realizar proezas de vocalización. En una canción humorística de Sancho, éste protesta primero y jura después aceptar los rigores de la azotaina que debe desencantar a  Dulcinea. Grotesca y melódicamente acertada, no es allí despreciable un efecto obtenido con la machacona reiteración de la letra.
En el acto tercero hay un pasaje –el de los consejos a Sancho, ya gobernador de Barataria– en que Don Quijote canta un aria rebosante de graciosa y pedante magistralia, patente hasta en el extenso recitado.
A pesar de todo, en general, esta obra peca por falta de sentimiento y exceso de artificiosa superficialidad.
Los finales de cada acto, suelen cerrarse con vítores y ditirambos a la gloria caballeresca del héroe sin tacha y sin miedo, sobre aires majestuosos y solemnes, los cuales se ven generalmente contradichos en su expresión, por las voces que en ellos se engarzan”.

Los personajes principales son Don Quijote (tenor), el Duque (contralto), la Duquesa (soprano), Altisidora (soprano), Doralba (soprano), Don Álvaro (bajo), Laurindo (contralto), Doña Rodríguez (contralto), Sancho Panza (bajo), el mago Grillo (bajo) y un sirviente llamado Grullo (bajo).

Se trata de una extensa obra, con muchas posibilidades para todos los intérpretes, que, según la partitura conservada en la Biblioteca Musical del Ayuntamiento de Madrid, consta de 43 escenas.

Según CDMyD, en 1928 se estrenó la versión en alemán, con libreto de Schumann.

En la XII edición del Festival Música Antigua de Aranjuez, celebrado entre el 3 de mayo y el 26 de junio, de 2005, se ofreció una versión de concierto realizada por los Músicos del Buen Retiro, dirigidos por Isabel Serrano y Antoine Ladrette, como cierre de las actividades del festival. J.P.M.

Grabación: http://quijoteces.blogspot.com.es/2017/04/caldada-las-operas-quijotescas.html



[1] También se cita el día 12.
[2] Extraída de las notas de Begoña Lolo y Adela Presas, que acompañan a la grabación La Ritirata para el sello Glossa.

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