Cantautor, investigador y
folclorista español, nacido en Barajas de Melo (Cuenca). En 1972 creó el grupo
Jarcha, popularísima formación de la música española, que se mantuvo en activo
durante veinticinco años, después de más de 2.500 conciertos y la publicación
de varios discos.
Ángel de humana figura, subtitulado 12 canciones de amor de Cervantes, es el título[1] de un disco que contiene una docena de temas musicales escritos a la sombra del IV Centenario y que utiliza textos del Quijote y de La Galatea, donde se muestra al Cervantes poeta, “capaz de desligar y aislar todos y cada uno de los diferentes sentimientos y sensaciones que conforman lo que conocemos como Amor, para hacerlo más comprensible por más humano”:
Corpa confiesa haber
introducido cadencias andinas en el tema “Ya la esperanza mía” y sones
caribeños en forma de bolero en “Silena”, amparándose en “el ámbito
supranacional en el que pervive la obra cervantina”:
Los títulos de estas
canciones son:
1 – Ángel de humana figura (Libro VI de La
Galatea).
Canto narrativo, a modo de elaborado romance.
2 – Amoroso pensamiento (Libro I de La Galatea).
Música alegre, de carácter
pastoril, a lo que contribuye la introducción de la flauta.
3 – Marinero soy de amor (El Quijote,
cap. I–43).
Una grave introducción desemboca en una danza alegre, sobre la que fluye
una melodía contemplativa.
4 – Ya la esperanza es perdida (Libro I de La
Galatea).
A pesar de la tristeza del texto, la música es muy vistosa y alegre, gracias
al ritmo de carnavalito.
5 – En el mal que me lastima (Libro VI de La
Galatea).
Intensidad expresiva creciente en los tras partes
del poema cantado.
6 – Vea yo los ojos bellos (Libro II de La
Galatea).
Música de ritmo ternario y cierto sabor andaluz, acompañada por el piano y
la guitarra.
7 – ¡Ay! Alma venturosa (Libro I de La Galatea).
Destaca el vuelo lírico de
la intensa melodía.
8 – Qué se puede esperar de él (Libro II de La
Galatea).
No puede ocultar su inspiración hispanoamericana. El acompañamiento de un
pequeño coro acentúa su personalidad.
9 – Silena (Libro VI de La Galatea).
Magnífica canción marcada por el ritmo romántico de
un bolero.
10 – En libertad me fundo (Libro VI de La
Galatea).
Canción poética y contemplativa, con destacados
adornos del violonchelo.
11 – Quien menoscaba mis bienes (El Quijote,
cap. I–27).
En un ritmo ternario básico se inscribe un original juego entre los versos
interrogativos y las cortantes estrofas que los definen, a cargo del coro.
12 – Amor por nombre (Libro I de La Galatea).
Con el violonchelo como protagonista instrumental, presenta cierto
desasosiego en la expresión vocal.
El conjunto es un
excelente ejemplo de música en la que lo más importante es el texto que se
canta. El canto silábico, la sencillez de las melodías alejadas de alardes vocales
y la elección de ritmos y formas, ayudan a este propósito. Es una lástima que
no se haya podido contar con un acompañamiento más orquestal, porque la obra
ganaría en prestancia.
Las canciones emplean el
clásico esquema ABA, con ligeras variaciones o el tradicional Copla-Estribillo,
que en algún caso (canción número tres), se altera comenzando por el estribillo.
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