martes, 16 de enero de 2018

Ángel Arteaga. Músicas de Don Quijote.



Compositor español (Campo de Criptana (Ciudad Real), 1928–Madrid, 1984). Inició el estudio de varios instrumentos en su ciudad natal y a los catorce años formó como trombonista en la Agrupación Musical de Campo de Criptana. Ingresó en el Conservatorio madrileño en 1950 y trabajó con Francisco Calés Otero y Julio Gómez, completando su formación en Munich con Carl Orff (1957). Ya en esta primera etapa empezó a componer. Una de sus primeras obras fue la ópera La mona de imitación (1958, aunque no se estrenó hasta 1973).  Su producción abarca música escénica, sinfónica, obras para conjunto instrumental y para solistas.
 

Sus Músicas de Don Quijote, es obra escrita en 1960, con una duración de unos veinte minutos, para soprano, tenor y bajo, con acompañamiento de un amplio y curioso conjunto de cámara compuesto por dos flautas de pico, cromormo, flauta, dos oboes, fagot, dos  viellas, dos trompetas, celesta, glockenspiel, timbales, arpa y cuerda, y se estructura en los siguientes movimientos:

I - Entrada.
II - Gallarda.
III - Baja danza o gambetas 
IV - Reprise ("Temple, Bras, ese psalterio").
V - a) Zarabanda o Branle.
VI - b) Zarabanda o Branle. 
VII - Interludio (Entremeses).
VIII - Paso mezzo ("QUe todos se passan en flores").
IX - Allemande ("Vésame y abráçame")
X - Gallarda.


Tres de estos movimientos_ cuarto, octavo y noveno, incorporan texto.

El estreno se produjo el 9 de octubre de 1997 en el Teatro Salón Cervantes, de Alcalá de Henares, dentro de los actos conmemorativos del 450 aniversario del nacimiento de Cervantes y estuvo a cargo de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, dirigida por José Luis Temes, que dio los últimos toques a la obra, pues su autor murió antes de terminarla totalmente. 

En el programa de la audición celebrada en la Capilla de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá de Henares, se escucharon estas Músicas el 26 de abril de 1993, dentro de las II Jornadas Cervantinas, en interpretación de la Orquesta Sinfónica de Madfrid, dirigida por Vicente Spiteri, se incluyeron unas opiniones del compositor sobra cada uno de los movimientos, que son un resumen introductorio de  los mismos y que incluyen una breve frase del propioCervantes para ayudar a contextualizar la música.

"Mis Música de Don Quijote son una serie de danzas y formas vocales de la época a la que Cervantes alude en diferentes capítulos de su obra famosa. La "suite", que alterna o no, dos conjuntos de instrumentos u orquestas de la época y actuales, consta de las siguientes partes o episodios:
l - Entrada. Una "intrada" que exponen un pequeño grupo instrumental y los timbales. "Chirimías recebían a Sancho como si fuera un Duque, en su ínsula cuando llega a comer...".
II - Gallarda. Una danza de este nombre que aparece en un grupo instrumental de la época (flautas de pico, cromosmos, vielas, vihuelas y viola de gamba) que, sucesivamente, se i9ncorpora y mezcla con la orquesta tradicional. "En Arcadia sonaban diferencias de músicas con albogues, gaita zamorada, tamborines, sonajas, rabeles de suave sonido...".
III - Baja danza o gambetas. Se alternan y funden lkos dos grupos instrumentales. ",,, donde sonaban albogues, campanas y chirimías...".
IV - Reprise ("Temple, Bras, ese psalterio"). "Reprise" de baja danza, para soprano, tenor y bajo e instrumentos antiguos y de percusión, en la que se escucha la canción "Temple, Bras ...". "... gustaba de la música que se tocaba a la hora de comer sin saberse quien la canta ni adonde suena...":
V - a) Zarabanda o Branle. Una "zarabanda" en la que intervienen las dos orquestas. "El carro triunfal, donde sonaba música con chirimías y flautas que acompañan la presencia de los Duques.".
VI - b) Zarabanda o Branle. "El fresco ayre" traducido por las vielas, vihuela y viola de gamba. "Menester será que se le ponga un laúd, que sin dids Don Quijote quiere darnos músicas y no será mala siendo suya":
VII - Interludio (Entremeses). Para dos orquestas, sonre la "Novela del Curioso impertinente").
VIII - Passomezzo ("Que todos se passan en flores"). Sólo para soprano que la viela acompaña. "EL doloroso contrapunto y canción desesperada del pobre pastor...".
IX - Allemande ("Vésame y abráçame"). Una "allemande" o "canarios", para las mismas voces anteriores de soprano, tenor y bajo, acompañadas por la percusión e instrumentos antiguos. "Los músicos eran los regocijarores de la boda, que en diversas cuadrillas por aquel agradable sitio andaban, unos bailando y otros cantanto, y otros tocando".
X - Gallarda. La misma danza (II) ahora presentada en las dos orquestas. "... juntéme con estos peregrinos, que tienen por costumbre de bailar el baile "franchotte" y con ellos marché a tierra nueva...". 
Refer: CDM.Partitura: FJM.
Discografía: https://quijoteces.blogspot.com/2017/10/angel-arteaga-musicas-de-don-quijote_11.html

J.P.M.

Nicolás Nabokov. Don Quijote.


Compositor ruso (1903–1978) nacionalizado norteamericano, formado en Berlín y Stuttgart. Se estableció en Nueva York donde dio a conocer prácticamente todas sus obras, entre las que se encuentra una Sinfonía Bíblica, una ópera titulada La muerte de Rasputín, y el ballet Union Pacific, además de un concierto para piano, música incidental y otras obras.

Su Don Quijote es un ballet en tres actos con coreografía de George Balanchine, figurines y decorados del pintor español Esteban Francés y vestuario de Karinska. Se estrenó el 28 de mayo de 1965 en el State Theater de Nueva York, interpretado por el New York City Ballet, con los siguientes solistas: Richard Rapp, Suzanne Farrell y  Deni Lamont.

El propio Balanchine escribió a propósito de esta obra:

“Leí a Cervantes por primera vez en ruso, pero desde entonces he leído pasajes de Don Quijote igualmente en inglés y francés. La idea de hacer un ballet sobre este personaje me ha pareciendo siempre natural e inevitable, algo que quería en cualquier momento y cuando surgiera la oportunidad. Tal vez haya visto otros ballets sobre Don Quijote pero apenas los recuerdo. El ballet de Petipa, con música de Minkus, figuraba en el repertorio del Marinsky cuando era niño (bailé en esta producción en 1916, cuando tenía doce años), pero no era obra seria y no figuraba entre mis favoritas. Hace veinte años descubrí que mi amigo el compositor Nicolás Nabokov compartía el mismo entusiasmo por Don Quijote. Había escrito una suite orquestal sobre Don Quijote y Dulcinea que me gustaba. Hablamos entonces de hacer un día un ballet de larga duración sobre el tema, pero eso fue varios años antes de que se presentara la ocasión. Comenzamos a preparar en detalle el argumento.
En realidad hicimos varios, llegando a uno definitivo en junio de 1964. A lo largo de la composición de la partitura estuvimos en frecuente comunicación y nos vimos tantas veces como pudimos para tratar de la música y de la acción. Como músico con un profundo conocimiento del ballet, Nabokov se daba cuenta de que lo estaba logrando. Un ballet de tres actos es una obra difícil. La partitura de Nabokov tiene todo, tiene que tener todo para responder a las necesidades, porque la música escrita para acompañar una narración danzada con divertissements no puede conservar las uniones concebidas para la sala de conciertos. Nabokov trabajó con tres tradiciones, la musical, la del ballet y la dramática. Su partitura alcanza las variaciones sinfónicas de la danza.
Mi interés en Don Quijote ha estado siempre en el héroe que encuentra un ideal, algo por lo que vivir, sacrificarse y a lo que servir. Todos los hombres desean una inspiración. Para Don Quijote era Dulcinea, una mujer que buscó con aspectos muy distintos. Por mi parte, creo que esto también es verdad en la vida, que todo lo que hace el hombre es por su mujer ideal. Se vive sólo una vez y se cree en algo y yo creo en eso.”

viernes, 12 de enero de 2018

Segundo Pastor. La Mancha de Don Quijote.






Guitarrista y compositor español (Guadalajara, 1916–Madrid, 1992), fue alumno de Severino G. Fortea y sus obras siguen la línea de la guitarra clásica española. Como concertista recorrió Europa, América y Oriente Medio; como compositor escribió básicamente para la guitarra, tanto a solo como para dos de estos instrumentos, aunque en su catálogo figuran también música incidental

En su producción hemos encontrado una suite para guitarra, de 1987, titulada La Mancha de Don Quijote, que se estructura en los siguientes tres movimientos:

-     1 - La llanura del caballero (Sin indicación de tiempo).
-      2 - Nocturno. Don Quijote velando las armas (Andante).
-      3 - Danza de Dulcinea (Allegretto).

La obra fue dedicada “A Elena y Manuel Alvar”. JPM.

jueves, 11 de enero de 2018

Federico García Lorca. Obras cervantinas.



Poeta y dramaturgo español (Fuente Vaqueros, Granada, 1898–Granada, 1936), el autor español más universal del siglo XX, por la fuerza y la calidad de su obra que le ha colocado en  lugar privilegiado en a literatura universal. Estudió en su ciudad natal y entre 1919 y 1928 vivió en la Residencia de Estudiantes, de Madrid, donde trabó amistad con personajes como Salvador Dalí, Rafael Alberti, Luis Buñuel y otros. Viajó a Nueva York y Cuba en 1929–30 y a Argentina y Uruguay en 1933–34.  Escribió obras teatrales y poéticas que le hicieron muy conocido y que no parece necesario recordar. Fue director del teatro universitario La Barraca, actividad por la que aparece en estas páginas. Su relación con la música es muy directa pues fue una disciplina que estudió formalmente en su juventud y a la que no se dedicó porque su padre no se lo permitió. Intervino junto a Manuel de Falla en la organización del Concurso de cante Hondo, tocaba el piano y armonizó varias canciones populares. En su obra hay constantes referencias a la música.


La relación de García Lorca, como músico, con el mundo Cervantino. tiene que ver con La Barraca, grupo de teatro universitario, ambulante, coordinado y dirigido por Eduardo Ugarte y García Lorca, creado en 1931 con intención de llevar el teatro clásico español a lugares con poca o ninguna actividad cultural.  Este grupo puso en escena algunas obras de Cervantes (y de otros autores), para las que Lorca compuso algunas ilustraciones musicales.




El retablo de las maravillas.
En la versión de El retablo de las maravillas, ofrecida por La Barraca, se utilizaban unas sevillanas (“Camino de Sevilla”) del poeta granadino, interpretadas en 1932 por La Argentinita y Pilar López.

La guarda cuidadosa.
Se utilizaban las Canciones populares antiguas, recogidas y armonizadas por García Lorca, y otras dos canciones propias Según Ángel Barja[1] dos pequeñas canciones se podían escuchar en la representación de este entremés. La primera de ellas, en off, interpretada por Cristinica, la doncella, detrás de una ventana, tras la que limpia o lava, se relaciona con La guarda cuidadosa.:

Sacristán de mi vida
tenme por tuya
y fiado en  mi fe
canta aleluya, tralará.

La segunda, ponía fin al entremés y era coreada por todos los personajes intervinientes:

Que donde hay fuerza de hecho
se pierde cualquier derecho.


Los dos habladores.
La versión de este entremés cervantino realizada por La Barraca, en 1923, llevaba ilustraciones musicales de Lorca. Según Ángel Barja[2] la música aparecía al final de la representación, en el momento en que se retiraban los personajes. Para el texto final, “Vete, vete, pícaro hablador…”, Lorca usaba una tonada sobre la que Barja escribe:

“Ignoro si la tonada a la que aludo la tomó prestada Federico de algún viejo autor, del estribillo de alguna vieja canción popular o, simplemente se la inventó é; en todo caso, no la he vuelto a oír cantar en ninguna ocasión, fuera de la despedida bailada de los personajes de Los dos habladores.”

La elección de los alcaldes de Daganzo.
Para el conocido texto “Pisaré yo el polvico”, se usaban unas seguidillas también utilizadas por La Barraca en la representación de La dama boba, de Lope de Vega, ofrecida en La Chopera del Retiro, de Madrid, el 27 de agosto de 1935. J.P.M.



[1] SÁENZ DE LA CALZADA, Luis. La Barraca. Teatro Universitario. BARJA, Ángel. Federico García Lorca y sus canciones para La Barraca. Publicaciones de la Residencia de Estudiantes. Madrid, 1998, Pág. 328..
[2] A. Barja. Op. cit. Pág. 327.