Compositor, pianista, director y pedagogo
español (Vitoria, 1850–Madrid, 1939).
Ejerció la docencia en el Conservatorio de Madrid, sustituyendo a
Arrieta, y fue miembro de la
Academia de San Fernando, desde la que defendió el género
chico, aunque él dedicó más su actividad creadora a la ópera. Entre sus obras
de este género figuran Mitrídades, Doña
Juana la Loca,
Irene de Otranto y Gonzalo de
Córdoba. Escribió también para piano y para orquesta, y está considerado
como gran figura de nuestro teatro musical.
Emilio Serrano |
Poema sinfónico de 1905. Resulta curioso
que Emilio Serrano, uno de los creadores
operísticos de nuestra historia, aunque sus obras sólo figuren hoy en libros y
trabajos especializados, recurriera a una forma instrumental para glosar la
figura del caballero andante. Quizá en las influencias de la gran orquesta
wagneriana se encuentren razones justificativas de semejante proceder, como
afirma Víctor Espinós:
"…se advierte en este poema
sinfónico deseo de hacerse eco, en un marco de clásica contextura, de las
novedades que Bayreuth entregaba a las disputas, en aquel tiempo muy enconadas,
de los compositores y de los auditorios. Sin poder este músico español pasar
por un wagneriano, sin embargo, personalizó las ideas capitales -la solemnidad
de los anhelos épico-armoniosos del héroe y la rusticidad o popularismo del
medio en que se mueve- por medio de maestosi
reiterados, con intervenciones altisonantes del metal en sus más nobles
sonoridades; de canciones, como cierta copla del arriero, que alude a la venta
famosa".
Espinós nos ofrece, además, un pequeño análisis
musical:
"Una
sentimental melodía, de italiano aroma, se formula por "soli" de
trompas y violines, y tras esto pasa a través de todos los elementos de la
orquesta, trenzándose aquí y allá con dicha copla, se fragmenta al cabo, y
manteniendo viva la alusión, finaliza con acordes de mitigada sonoridad este
poema en un ambiente de misteriosa calma nocturna, que acoge al comenzar, en
los solitarios campos de Montiel, al denodado Don Quijote en su primera salida,
a cuya descripción se encamina esta pieza de notable pero poco emocionada
corrección armónica y escaso colorido instrumental".
En la
portada de una partitura manuscrita que conserva la Fundación Juan
March, figura la siguiente dedicatoria: “A Julio Gómez, hoy maestro
inspiradísimo; ayer discípulo a quien debo cariño filial al que está agradecido
su viejo maestro”. Estas palabras están
firmadas y fechadas: “Madrid, 23 de diciembre de 1930”. En la última página, figura este otro texto:
“Cercedilla, 29 de agosto de 1905”.
Según el Centro de Documentación de
Música y Danza. se
estrenó en Madrid en 1920, aunque no ofrece más información.
Encabeza la primera
página de la partitura el título “Canto 1º”, y las siguientes palabras del Quijote: “Y así, sin dar parte a persona
alguna de sus intenciones…”, que corresponde al capítulo segundo de la primera
parte. En la hoja 22, de las 39 de que consta la partitura original, vuelve a
aparecer un nuevo encabezado (aunque no hay corte en la música): “2º canto” y
un nuevo texto cervantino, perteneciente al mismo capítulo ya indicado: “vio no
lejos del camino una venta”, acción que ha de ser marcada por la intervención
de un cuerno de caza dentro.
La plantilla orquestal
de este poema la forman flautín, flautas, oboes, corno inglés, clarinetes en Si
bemol, clarinete bajo, fagotes, trompas, trompetas, trombones, tuba, timbales,
percusión (triángulo, bombo, platillos, campana, castañuelas) dos arpas y
cuerda.
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