lunes, 19 de diciembre de 2016

Emilio Serrano. La primera salida de Don Quijote



Compositor, pianista, director y pedagogo español (Vitoria, 1850–Madrid, 1939).  Ejerció la docencia en el Conservatorio de Madrid, sustituyendo a Arrieta, y fue miembro de la Academia de San Fernando, desde la que defendió el género chico, aunque él dedicó más su actividad creadora a la ópera. Entre sus obras de este género figuran Mitrídades, Doña Juana la Loca, Irene de Otranto y Gonzalo de Córdoba. Escribió también para piano y para orquesta, y está considerado como gran figura de nuestro teatro musical.

Emilio Serrano

Poema sinfónico de 1905. Resulta curioso que Emilio Serrano, uno de los creadores operísticos de nuestra historia, aunque sus obras sólo figuren hoy en libros y trabajos especializados, recurriera a una forma instrumental para glosar la figura del caballero andante. Quizá en las influencias de la gran orquesta wagneriana se encuentren razones justificativas de semejante proceder, como afirma Víctor Espinós:

"…se advierte en este poema sinfónico deseo de hacerse eco, en un marco de clásica contextura, de las novedades que Bayreuth entregaba a las disputas, en aquel tiempo muy enconadas, de los compositores y de los auditorios. Sin poder este músico español pasar por un wagneriano, sin embargo, personalizó las ideas capitales -la solemnidad de los anhelos épico-armoniosos del héroe y la rusticidad o popularismo del medio en que se mueve- por medio de maestosi reiterados, con intervenciones altisonantes del metal en sus más nobles sonoridades; de canciones, como cierta copla del arriero, que alude a la venta famosa".

Espinós nos ofrece, además, un pequeño análisis musical:

"Una sentimental melodía, de italiano aroma, se formula por "soli" de trompas y violines, y tras esto pasa a través de todos los elementos de la orquesta, trenzándose aquí y allá con dicha copla, se fragmenta al cabo, y manteniendo viva la alusión, finaliza con acordes de mitigada sonoridad este poema en un ambiente de misteriosa calma nocturna, que acoge al comenzar, en los solitarios campos de Montiel, al denodado Don Quijote en su primera salida, a cuya descripción se encamina esta pieza de notable pero poco emocionada corrección armónica y escaso colorido instrumental".

En la portada de una partitura manuscrita que conserva la Fundación Juan March, figura la siguiente dedicatoria: “A Julio Gómez, hoy maestro inspiradísimo; ayer discípulo a quien debo cariño filial al que está agradecido su viejo maestro”.  Estas palabras están firmadas y fechadas: “Madrid, 23 de diciembre de 1930”.  En la última página, figura este otro texto: “Cercedilla, 29 de agosto de 1905”. Según el Centro de Documentación de Música y Danza. se estrenó en Madrid en 1920, aunque no ofrece más información.

Encabeza la primera página de la partitura el título “Canto 1º”, y las siguientes palabras del Quijote: “Y así, sin dar parte a persona alguna de sus intenciones…”, que corresponde al capítulo segundo de la primera parte. En la hoja 22, de las 39 de que consta la partitura original, vuelve a aparecer un nuevo encabezado (aunque no hay corte en la música): “2º canto” y un nuevo texto cervantino, perteneciente al mismo capítulo ya indicado: “vio no lejos del camino una venta”, acción que ha de ser marcada por la intervención de un cuerno de caza dentro.

La plantilla orquestal de este poema la forman flautín, flautas, oboes, corno inglés, clarinetes en Si bemol, clarinete bajo, fagotes, trompas, trompetas, trombones, tuba, timbales, percusión (triángulo, bombo, platillos, campana, castañuelas) dos arpas y cuerda.


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